2 feb 2017

Decálogo de emprendimiento

No puedo aguantar las ganas de hacerme eco de una entrada que ha sido reposteada hace poco, y que fué publicada por primera vez hace unos tres años: 


  el Decálogo de asesoramiento para buscar trabajo en piscinas que ya están funcionando con un fin no terapéutico 




Cuando la leí por primera vez me me hizo arder un fuego que aún recuerdo. Admiro a quienes son capaces de perseguir un objetivo que vislumbran con claridad, en este caso: compañeros que saben qué es lo que les gusta (meterse al agua) y remueven lo que haya que remover para conseguirlo, que logran hacer presencia en piscinas de uso no terapéutico, y que logran que se hable de la terapia acuática.

Trabajar se hace en dos grandes formas: por cuenta ajena o por cuenta propia. Como quiera que emprender se asocia a lo segundo, al autómo y al empresario, me apetece tomar el decálogo de marras y traerlo a mi hacer por cuenta ajena, como hacemos otros muchos en fundaciones, asociaciones y entidades que prestan servicios a personas con discapacidad.

Porque yo opino que ser emprendedor es más que una categoría laboral: ser emprendedor es decidir hacer lo que te gusta, donde te guste, cuando te guste y con quien te guste. Ser emprendedor es hacer acción de las ideas, perseguir sueños, y aspirar a un mundo mejor, con tu pequeña aportación en tu pequeño nicho. Dice el décimo punto del decálogo, a modo de cierre, que "disfrutes del agua cada día", porque somos afortunados de ejercer nuestra labor ahí dentro, y añado que afortunado creo también al usuario que puede entrar al agua.

Emprender es dejar huella, es pensar continuamente que puede llevarse tu usuario hoy de más, que extra de valor puedo aportarle.  Humilde y discretamente, pero con valor.

El decálogo, en su conjunto, es una perla que te aconsejos no dejes de contemplar; no te distraigo más para que te pases y sientas tu mismo:

EMPRENDER ES SORPRENDER


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